PROHIBIDO CREER
“Prohibido creer” era una expresión inexistente en el vocabulario y las intenciones de Karrie François. Convencida de que la fe mueve montañas, su vida cotidiana en el Banner Good Samaritan de Phoenix le había demostrado que la voluntad es capaz de derribar fronteras y que, en situaciones extremas, los milagros son posibles.Cuarenta y nueve días habían transcurrido junto a Verónica y la odisea había llegado a su fin. La historia había estado teñida de una palabra: coraje, el que la había animado a abandonar la lógica y a rechazar los consejos médicos que le sugerían abortar cuando el diagnóstico la enfrentó con la cruel realidad del cáncer que acabaría con su vida. Era plenamente conciente de que la gestación era su sentencia de muerte, sin embargo también sabía que paradójicamente, en su cuerpo quebrado por la enfermedad, nacía la esperanza. Eran necesarias sólo treinta semanas, al cabo de las cuales, la pequeña Verónica Destiny traspasaría los límites de un destino incierto.Cuando a la semana veintidós, se produjo la muerte cerebral, la oscuridad pareció opacar las esperanzas de todos.“Prohibido creer”, fue el leve susurro que se escuchó en la sala de partos, cuando las lágrimas invadieron los ojos de los allí presentes. Después de sostener artificialmente con vida el cuerpo de la madre, una proeza médica, que pasaría a la historia, acababa de acontecer. Aarón, el padre, pide un deseo: que no desconecten el respirador artificial hasta el día siguiente. Nada opaca la felicidad a partir de entonces, cada año que Verónica apaga sus velitas.Cuando amanece, veinticuatro horas después, caminan juntos al cementerio, y con los ojos apenas nublados, rinden tributo una vez más al coraje.
FIN
Basado en un caso real, verdadera proeza médica que logró desde la semana veintidós en que se produjo la muerte cerebral de la madre, a la treinta (necesaria para garantizar la supervivencia de la hija), mantenerla con vida artificialmente. Enormes esfuerzos demandó el tema, sólo posible gracias a la decisión y valentía de esa mujer, y de la médica que creyó que “prohibido creer” puede en ocasiones ser inquebrantable prueba de fe.
Publicado en el Foro de Cuentos de La Nación (consigna: escribir un cuento que comience con las palabras: “prohibido creer…”)